Photography by Jean-Philippe Delberghe
25 de agosto del 2021
Se dice que a la gente buena le pasan cosas buenas, y a la gente mala le pasan cosas malas; pero también a la gente buena le pasan cosas malas, y a la gente mala le pasan cosas buenas.
Y a partir de esto, hay todo un dilema perceptivo de cómo se interpreta el mundo desde nuestros lentes racionales. La cosmovisión de las cosas, los juicios que creamos, las interpretaciones de las situaciones, los pensamientos que incubamos en otros, las creencias que sirven como derroteros de vida, y hasta las mismas opiniones que se dictan, tienen un origen psíquico y social.
La aplicabilidad de nuestro actuar, claramente está prescindido por lo que a través de nuestro pensamiento, le signifique; eso quiere decir, que no hay un comportamiento previo, sin que antes nos hayamos hecho una idea de qué es lo que vamos hacer.
Es por eso, que a través del primer contacto con la vida y con las situaciones, es cómo describimos nuestro diario; decidiendo qué ver en nuestra vida y que rehusamos observar... Y, ¿Acaso eso será consciente o inconsciente? , más bien, ¿Voluntario o involuntario?
Hablando de perspectivas y posiciones, por mi parte he sido miope durante mucho tiempo; bueno, hasta que también se me encontró que tengo astigmatismo. He tenido cuantas fórmulas, como gafas, hasta ahora. Unas blancas, otras negras, cafés... unas con fórmula - 3.00, y otras que con -1.25 , pero todas han servido para una cosa, poder ver mejor.
Alguna vez, cuando estaba en una cita de optometría, la señorita que me atendía, se incomodó al atender a un señor que estaba delante de mí. El señor le decía que quería unas gafas específicas que señalaba, y que deseaba también, la misma fórmula de su esposa. Claramente la señorita le mencionó que el marco que él quería, era muy pequeño para su cara, pero que aún así, podría usarlo bajo su voluntad. Sin embargo, la discusión ahondó más en el ambiente del despacho, cuando la señorita le expresó que no podría usar la misma fórmula que su acompañante, dado que tienen visiones diferentes, afecciones diferentes y escalas diferentes. El señor al no lograr obtener lo que quería, furioso, decidió decirle a su esposa que salieran y no volvieran al lugar.
Ante la incomodidad de lo evidenciado, la señorita se acerca a mí y me dice "Ya ve usted la paciencia de algunos al querer solucionar las cosas. No a todas las personas les sirve esa fórmula, ni le encajan tampoco esa montura..." y luego añade "Pero todas comparten la oportunidad de querer ver mejor; aunque algunos no quieran".
Exactamente así son los pensamientos. Cuando una persona se niega a creer lo que su realidad le dice, tratamos de ajustarnos a pensamientos con los que no nos sentimos bien, por el hecho de que otros lo hacen y le son funcionales. Y cuando sucede la ceguera voluntaria, no estamos dispuestos a crear nuestra propia fe en lo que hacemos, vemos y creemos.
Hay pensamientos que te ayudarán a ver con claridad, y otros que sólo te enceguecerán cuando disipes la realidad de las cosas, y creas en cosas que no te sentirás satisfecho al hacerlo.
El no tener una visión transparente de un pensamiento, la firmeza de alguna creencia o el valor de tu propio juicio, fácilmente te dejarás guiar por aquellas gafas ajenas, que en la suposición de ver "bien", no te servirán para lo que necesitas ver... la verdad de tu realidad. Sin embargo, cuando usas tus gafas, y conoces realmente tu lente, al probarte otras gafas, quizá y te ayuden a ver otra perspectiva de la vida. Habrá situaciones en que probablemente nos sirvan las mismas gafas de otros, y podamos sentirnos cómodos con ellas, pero aseguro que la vivencia visual será bastante diferente de cada persona.
Hay pensamientos que aunque no son tuyos, ni los compartes, en algún momento te ayudarán a ver el foco de la verdad; algo que con las tuyas no habías podido ver. Así aplica para todo... para la comprensión de la felicidad, la tristeza, el amor, el llanto, la esperanza, la agonía; algo que todos hemos comprendido y las hemos sentido, cada uno la experimenta de distinta manera.
En ciertos momentos de nuestra vida, nos rehusamos a ver lo que necesitamos creer o ver... y sí, puede doler, pero una realidad más clara, nos ayuda a obtener un panorama más claro de nuestras respuestas. Una creencia con valor propio, ayuda a dar luz al camino de los proyectos personales.
Los pensamientos son posibilidades y herramientas de construcción racional y emocional.
Al final, salí del consultorio con un nuevo modelo, y con una nueva fórmula. Como todas las veces, dolía la cabeza, pero sabía que me acostumbraría más tarde... porque a pesar de que las cosas parezcan difíciles al inicio, todo será cuestión de acomodarnos bien las gafas... o ¿Los pensamientos?
Y ustedes, ¿Qué gafas quieres empezar a usar?, ¿Recetadas o ajenas?