-̴
Poliformo como él solo. Para comprenderlo, primero hay que explicarlo... pero, ¿por dónde empieza uno si ni una sola forma en específico tiene?
Hay quienes lo ven en el llanto, y otros en el regocijo. Suele esconderse detrás del ego, y a veces lo confunden con compasión. Entonces mejor no hay que explicarlo para comprenderlo; hay que sentirlo.
Si se siente es porque está vivo. Tal fenómeno tan genuino y único en su especie, que parece que nace de la violencia, y subsiste del cariño.
¿Qué se perdonará? me pregunto. ¿A la entidad orgánica que provocó el daño? o ¿al sentimiento que dejó haciendo eco? No pueden ser ambos, porque primero existió uno, y el otro lo usó como canal.
¿Se perdona o nos perdonamos?, ¿la herida depende del actor o de quien la siente?
¿Será acaso que tiene una dirección el perdón, o tiene una intención?
Si tiene dirección, tiene intención, pero ... ¿y su función cuál es?
Desde la de abandonar, hasta la de crecer. Todas apuntan a lo mismo; renacer.
¿Su forma tendrá cara de olvido o de saldar cuentas pendientes?
¿Dónde vive?, ¿en el pasado o en el presente?; de seguro no el futuro, porque uno no puede perdonar lo que aún no ha sentido.
¿Tendrá caducidad el perdón? o ¿es uno de estos encuentros que solo pasa verdaderamente una vez en la vida?
¿Se podrá desgastar? o ¿hay que cuidar de sus usos?
Si se usa mucho, ¿pierde su valor, o multiplica su propósito?
Si ustedes supieran que sus lágrimas son agotables, ¿sabrían escoger con quién gastarlas?
Eso sí que es vivir el perdón.
-̴
-̴
Nos cogió la noche y el "olvido" persiguiéndonos. Para cuando amaneció, ya no nos reconocíamos el otro al otro.
Lo que nos desorientó fue no saber "perdonar" y el "rencor" que nos daba direcciones erróneas. Nos confundió la "indiferencia" con "permanencia" y no teníamos dónde descansar.
A la vuelta de la esquina, la "reconciliación" nos ofreció hospedaje. Nos preguntó si estábamos dispuestos a compartir "pasados" y aceptamos.
El "perdón" nos ayudó con las maletas y justo antes de pasar la puerta, nos preguntó por qué la de la "empatía" pesaba tanto.
Del hotel nunca salimos. Esa misma noche cenamos pura "reflexión" y dormimos debajo del "deseo". Nos tocamos donde más nos duele y abrazamos lo que más extrañamos.
Del desvelo de la estadía, descubrimos que primero hay que desanudarse y luego desnudarse.
-̴
-̴
De todas las atmósferas que he estado, la más incomprensible ha sido la tuya. Me pides que no me quede por ahogo, cuando lo único que quiero es morirme y revivir en tus dimensiones.
Hay cosas que flotan y no nos damos cuenta. Hay cosas que se mueven y no las vemos.
No es la gravedad, eres tú la que me atrae a quedarme. No es el ambiente, es cómo nos adaptamos a él.
En este viaje solo me cargué con el único oxígeno de ida para gastármelo contigo. Pero, si la intención es perdernos y nunca regresar, ¿por qué seguimos pensando en llegar y no en disfrutar del viaje?
Nuestra órbita es solo una capa del universo que tenemos dentro. Déjame regalarte el espejo que tenemos encima de nosotros para mezclarnos entre gases y fundirnos en el cosmos interminable.
Somos el satélite natural del otro. Me basta saber que cuando no te veo, sé que todo gira en torno a ti, y que tú estás girando alrededor de mí.
Y cuando pensamos que no pudimos ser más, al colocar nuestras manos en el pecho de la luna, los reflujos empezaron a notarse cuando le salieron cráteres en el corazón.
-̴
-̴
La primera vez que te vi sentí nada. Siento que quizás, ese fue el primer síntoma que estaba resguardando mi soledad para abastecerse después de tu compañía.
Eres naturaleza creciendo en mí. Te metiste en mí como aquel ser vivo que va habitar un cuerpo por mucho tiempo. Y yo, extasiado y preparado para morir en el intento de enamorarme.
No sé si eres un huésped que me matará cuando ya no me habites o solo deseas adueñarte de mi carne hasta morir ambos. Si es una o si es la otra, con gusto aceptaría el que me tomes como un hogar de paso o permanente.
Dendritas que me conectan a ti, estímulos que nutren mi vitalidad y energía que nos mueve al deseo de amarnos como células en el ojo del universo.
Un estímulo así, de tal magnitud y que me inervaba el corazón a querer vivir todos los días, solo lo experimenté una vez; cuando nací. Ahora que estás viviendo en mí, lo volví a sentir cuando me obligaste a quedarme en el primer beso que nos dimos.
Si es que te vas cuando termines de consumirme, y ya no me necesites, sabré que me seguirás recordando en otros seres vivos que habites y conectes; porque seguirás amando con los órganos que me quitaste.
Si es que te quedas, y nos terminamos por desvanecer ambos en la imagen del tiempo, sabrán aquellos que estén dispuestos a amar, que la atracción de los amantes es eléctricamente excitante y llena de una carga viral llamada "necesidad".
-̴
-̴
Nunca lo supiste, pero era a través del dolor que te amaba. Mismo rostro, diferentes gestos; amé la herida, porque fuiste tú quien me la enseñó.
Se ama a quien se lastima, y lastima quien nos ama. No por odio, ni por rencor, sino por idealización.
¿Cuántas más personas tendré que herir, para darme cuenta que el herido soy yo?
No es dolor, es quizás incomprensión. Entendí que te encantaba que tocara tus aureolas en silencio, pese a que no fueses un ángel, ni yo un religioso.
Dios se hizo humano cuando se descubrió a sí mismo sintiendo que su creación podía odiarlo y amarlo al mismo tiempo.
¿El duelo vendrá de la incomprensión o del dolor?, seguramente viene de ambas. El dolor no sabe qué siente, y la incomprensión no sabe qué le duele.
-̴
-̴
Perdóname por seguir llamándote en la madrugada aunque el teléfono hace años no sirva. Sé que has venido robándome la vida. Tú por debajo sacándome las alegrías, y yo sabiendo que lo haces.
Te besé y deseé que te llevaras todo. Lástima que también me llevaste a mí contigo. Y de tanto que te toqué, se me desgastaron las huellas de los dedos... es por eso que te busco en otras.
Pero hay algo que no podrás negar, y es que sigues sintiéndome a mí cuando otros te tocan. Cerrar los ojos es fácil y no ver, pero ¿cómo cierras la piel, con lo abierta que nos la dejamos?
Aprendí a mirarte sin odio, cuando me miré primero. Y aunque inútil o placebo, como me quedó faltando por escribirte la última página de nuestro amor, me quedé esperando el final.
Esta es mi última carta, y espero mi último adiós. Sé que ya me he despedido en varias ocasiones... solo que esta vez, más que despedirte a ti, me despido lo que fui de ti, gracias.
-̴
-̴
La historia comprendió que tú serías la prueba de que puedo viajar en el tiempo.
Eres tú mi prólogo, mi media y mi último soneto. Apareciste en mis dedos, y te inmortalicé en ellos; pues en todo lo que toco, apareces tú.
Cuando te conocí, pensé que tenerte era el fin, pero fue el medio para conocerme a mí.
Ahora en mis dedos solo tengo el grafito de todas las veces que te escribí. Nunca esperé una respuesta, porque tú no eras una pregunta, eras mi solución.
No soy capaz de reconocerme sin tus huellas en mí. Y tú tampoco, sin yo ser el depositorio de tus travesías internas.
-̴
-̴
Soy el pasaporte que sellaste a punta de besos.
Mi compra fue repentina, y no aparté lugares, solo llegaste. Mi gusto por ti no tiene regreso, porque nunca me hallé más en casa, que cuando te abracé.
Las únicas leyes que nos regulan es la de soltar y abandonar, para movernos y juntarnos en el destino incierto.
Empaqué ilusiones y el miedo vino conmigo. La certeza no es una parada que debamos hacer, y mejor dejémonos sorprender por el trayecto de la sinceridad.
Eres el viaje más bonito que sigo haciendo, y yo soy el huésped que más te ha querido.
-̴
-̴
Por ti conquistaría el cielo, y te daría la tierra como corona en tus bosques cabellos.
Sigo atado a la idea de descubrir y decidir mi verdadera pasión, ¿pero y si mi pasión tiene piernas y camina?, seré entonces un caminante errante hasta que te canses de huir a otros brazos y otras querencias.
Como alma y cuerpo, separándonos ya no tendríamos piel; porque sabes que por ti, hago que mi ausencia te aconseje y mis brazos te hagan florecer.
Te confieso que mi angustia es vivir en el mismo mundo que tú, y que no quepamos entre el amor y el odio que nos tenemos. Por suerte, hemos creado uno nuevo en los besos que nos faltan.
Como el llanto da voz a la lágrima, vos le das derecho a los días de ser vividos para verte. En defensa personal diré al juez que no fui obligado a amar, pero sí una víctima de enamorarme sin precedentes.
-̴
-̴
Indagando en la vida, investigué que hay una forma de hacernos inmortales. Con que tú me recuerdes, lo demás te lo explico luego.
Hay que movernos dentro de sí mismos, y dejar que los otros nos muevan también. Moverse es vida, y la quietud es la planificación. Contigo no quiero la eternidad, sino la inmortalidad. Recordarnos por algo y no para algo.
¿Será que para cambiar, habrá que abandonar algo primero?, porque no he cambiado, he mutado. Porque sigo siendo el mismo aquél que amaste en el ideal, y me seguiste queriendo en la realidad.
Me he abierto a ti para que husmees dentro de mí. Y es ese, mi mayor acto de amor; que dejes todo ordenado si me amas, y que no desordenes si prometes quedarte conmigo.
-̴